Hace tiempo que al básquet como deporte le cuesta llevar público a los estadios, pero cuando juega la selección nacional el escenario cambia totalmente. Por eso, Tecnópolis fue una fiesta anoche y el martes, gracias a la magia de Ginóbili, Nocioni, Delfino, Scola y compañía. Más allá del resultado, el hecho era estar cerca de los monstruos, que en su despedida de Buenos Aires lucieron una remera dorada que empieza a darle la despedida a nuesta mejor generación. El abrazo del pueblo y el básquet ahora se traslada a Córdoba, donde mañana empezará el Súper 4. Allí Argentina se va a medir con Croacia (mañana), Serbia (el sábado) y Francia (el lunes), pruebas de lujo antes de la cita de Río. (foto prensa CABB).
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