Viajaron a los Juegos Panamericanos con la ilusión de conseguir por primera vez en la historia una medalla para el básquet femenino argentino. Cuatro de ellas lo lograron en el 3x3 y estaba todo dado para que las 12 consiguieran lo mismo en el torneo de 5 contra 5. Pero el dieblo metió la cola y el absurdo episodio de las camisetas dejó a las Gigantes en el camino antes de tiempo. Ellas se enojaron, lloraron, sufrieron, se angustiaron. Pero mientras en Argentina muchos pedían sangre, ellas en Lima dieron el ejemplo: salieron a jugar el resto de los partidos con una vergüenza deportiva enorme, los ganaron todos y terminaron lo más arriba posible.
La rompieron en la cancha y también afuera: en sus declaraciones no buscaron culpables ni tiraron leña al fuego. Actuaron como bloque y sin sacar los pies del plato. Redactaron un comunicado y todas lo compartieron en sus redes sociales. Con firmeza, pero sin histeria. Y ya de nuevo en Argentina, el equipo hizo lo mismo. Hoy se reunieron con Federico Susbielles, el presidente de la CABB, y hubo un nuevo mensaje, explicando lo que muchos saben y otros no quieren ver: que hoy están mucho mejor que antes. Y que todavía falta, pero no por eso van a tirar a la basura lo que se hizo hasta aquí.
"A través de este comunicado queremos ratificar el gran crecimiento y trabajo que se viene realizando hace varios años, con mejoras de la condiciones generales de trabajo en la rama femenina", expresa el comunicado, que compartió en Instagram la capitana Débora González, y también sus compañeras. "Nuestra postura fue, es y será la de seguir trabajando juntos por un camino de mejora donde ambas partes nos comprometemos a seguir adelante", dicen allí. Enorme muestra de grandeza la de las chicas. En estos tiempos, es un lujo encontrar un equipo que resuelve sus conflictos de esta manera. Y así, seguro, van a dejar un legado más importante que cualquier medalla. Que no llegó ahora, pero por este camino son muchas las que van a venir.
La rompieron en la cancha y también afuera: en sus declaraciones no buscaron culpables ni tiraron leña al fuego. Actuaron como bloque y sin sacar los pies del plato. Redactaron un comunicado y todas lo compartieron en sus redes sociales. Con firmeza, pero sin histeria. Y ya de nuevo en Argentina, el equipo hizo lo mismo. Hoy se reunieron con Federico Susbielles, el presidente de la CABB, y hubo un nuevo mensaje, explicando lo que muchos saben y otros no quieren ver: que hoy están mucho mejor que antes. Y que todavía falta, pero no por eso van a tirar a la basura lo que se hizo hasta aquí.
"A través de este comunicado queremos ratificar el gran crecimiento y trabajo que se viene realizando hace varios años, con mejoras de la condiciones generales de trabajo en la rama femenina", expresa el comunicado, que compartió en Instagram la capitana Débora González, y también sus compañeras. "Nuestra postura fue, es y será la de seguir trabajando juntos por un camino de mejora donde ambas partes nos comprometemos a seguir adelante", dicen allí. Enorme muestra de grandeza la de las chicas. En estos tiempos, es un lujo encontrar un equipo que resuelve sus conflictos de esta manera. Y así, seguro, van a dejar un legado más importante que cualquier medalla. Que no llegó ahora, pero por este camino son muchas las que van a venir.
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