Tayavek Gallizzi, Javier Saiz, Bautista Lugarini, Agustín Pérez Tapia, Pedro Barral, Martín Cuello, Franco Baralle, Fabián Ramírez Barrios, Lucas Giovannetti, Santiago Scala, Juan Bocca y Kevin Hernández disputaron cinco partidos y ganaron los cinco, sin apostar por ninguna receta mágica ni revolucionaria. Defendieron duro, se pasaron la bola en ataque y no intentaron hacer lo que no estaban en condiciones de hacer.
En un plantel con mayoría de jugadores de la Liga Nacional y sin figuras descollantes, fue la tarea del equipo la que supo potenciar a cada integrante, como marca la mejor tradición del básquetbol argentino. Y fue justo en el cierre de un año frustrante de nuestro seleccionado, en el que se quedó al margen del Mundial y de los próximos Juegos Olímpicos. A los más pibes de este grupo (Bocca, Giovannetti, Lugarini) habrá que tenerlos muy en cuenta para la renovación. Y los más grandes demostraron que no hay por qué descartarlos. Mostraron un compromiso y un carácter que vale oro. Y eso siempre es algo que hay que valorar. (Foto prensa CAB)
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