jueves, 12 de junio de 2014

Primero hay que saber sufrir

De muy pibe Axel Weigand asomó como uno de los grandes proyectos del básquet de La Plata y por eso en su momento a nadie le sorprendió verlo con la camiseta de la selección nacional con edad de Cadetes o Juveniles. De Universal saltó a Boca y de allí a España, pero a su regreso le costó hacer pie en la Liga Nacional. Tuvo pasos sin gloria por Unión de Sunchales, Monte Hermoso y Quilmes (tres temporadas incompletas y tres descensos) hasta que Adrián Capelli lo rescató para su Argentino de Junín y luego Fernando Rivero le dio la gran chance en Peñarol de Mar del Plata. El Tulo confió en él para darle descanso a Leo Gutiérrez (nada menos) y el Gallo le pagó de la mejor manera, tanto que para 3.05 fue el mejor sexto hombre de la temporada. Jugó de ala-pivote y también mucho de alero para cubrir la lesión de Franco Giorgetti, dio una mano en lo que hiciera falta y llegó al gran festejo: fue campeón de la Liga Nacional por primera vez. Merecido premio para un gran pibe que la viene remando desde hace mucho. (Foto infoliga.com.ar)

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