1) Nuestro país va a jugar este año el clasificatorio americano, que jugarán ocho equipos (Bahamas, Chile, Colombia, Cuba, Islas Vírgenes, Panamá y Uruguay) y que le permitirá al ganador (y solo al ganador) pasar a la siguiente instancia. Se jugaría en agosto, en una sede que está por definirse todavía.
2) Si clasifica, en junio del año próximo se jugarán los Preolímpicos, que serán cuatro y con seis equipos cada uno. ¿Qué equipos jugarán ahí? Uno de América, uno de Asia, uno de Africa y dos de Europa surgidos de los clasificatorios previos, más 19 equipos que hayan jugado el Mundial y no se hayan clasificado a los Juegos.
3) Como hace cuatro años, la forma más simple de estar en París 2024 será a través del Mundial 2023: dos equipos de América, dos de Europa, uno de Asia y uno de Africa (los mejores de cada continente en la Copa del Mundo) llegarán a la cita olímpica. Así le pasó a Argentina en China 2019, pero ahora no podrá lograrlo por esa vía.
4) Con lo mejor que tiene, Argentina podría pelear por una plaza por el camino largo. No sería descabellado que la consiga con Campazzo, Laprovíttola, Luca Vildoza, Bolmaro, Brussino, Delfino, Garino, Deck, Vaulet, Juan Fernández, Delía y Gallizzi o Francisco Caffaro (más una preparación acorde), pero primero hay que llegar, después ver si están los jugadores disponibles y por último esperar para conocer la sede y los rivales, donde seguramente habrá europeos que serán durísimos.
5) En octubre de este año, además, se van a disputar los Juegos Panamericanos en Santiago de Chile. En un hecho que no irán los mejores jugadores, pero puede ser una cita clave pensando en el futuro. Sin ir más lejos, la base del Mundial 2019 comenzó a armarse en silencio en los Panamericanos de Toronto 2015, con siete de los que fueron subcampeones del mundo cuatro años después.
6) Después del mazazo del domingo, en la CAB hay silenzio stampa y es bastante lógico eso. Lo deseable es que, cuando antes, se anuncie un cuerpo técnico (¿Seguirá Prigioni? ¿Y sus asistentes?) y además un plan de trabajo. También sería ideal que se hiciera una autocrítica, se reconocieran errores y hubiera un compromiso de no volver a cometerlos. Pero eso, en estos tiempos, seguramente sea pedir demasiado. (Foto FIBA)