No hay palabras para calificar lo que deben estar viviendo por estas horas las jugadoras de la selección nacional femenina, que anoche le hicieron un partidazo a Estados Unidos en los Juegos Panamericanos (en el que perdieron 70-62) y hoy se jugaban la clasificación en un virtual mano a mano contra Colombia que nunca llegó a jugarse. Es que las Gigantes salieron a la cancha con camisetas azules, cuando les correspondía jugar con las blancas. Las rivales tenían el mismo color y, cuando los responsables advirtieron el error, no llegaron a tiempo para buscar las que correspondían. Así, la organización les dio el partido perdido 20-0 y Argentina quedó fuera de las semifinales por "neglicencia logística", ya que ni siquiera les corresponde el punto por presentarse a jugar. Un papelón que quedará en la historia, y que ya generó las renuncias del jefe de equipo Hernán Amaya y de Karina Rodríguez, la Directora de Desarrollo del Básquet femenino en la CABB. El utilero no pudo renunciar, porque el plantel no contaba con utilero. Con el ánimo por el piso, las Gigantes tendrán que levantarse y salir a jugar lo que resta sin más objetivo de llegar el quinto puesto. El sueño de la medalla quedará para dentro de cuatro años. Una pena mayúscula. Una tristeza inmensa. Las chicas no se lo merecían. (Foto prensa Lima 2019)
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