viernes, 30 de agosto de 2019

Oberto, el primero de la clase

Es el mejor pivote de la historia del básquetbol argentino. Campeón en la Liga Nacional y en la Sudamericana, en la NBA y en España, en los Juegos Panamericanos y en los Olímpicos. Fabricio Oberto irrumpió a mediados de los años como el interno del futuro de la selección nacional e hizo realidad lo que muy pocos se atrevían a soñar. Salvo él, que en su infancia de Las Varillas hablaba de jugar en la liga profesional de Estados Unidos, que vendió su bicicleta para comprar las zapatillas y probarse en Atenas de Córdoba, que hasta el día de hoy dice que "no voy a poder dormir" cuando se topa con imágenes del Mundial Sub22 de 1997 o de aquella final de Indianápolis 2002 que los jueces le arrebataron a Argentina. Ganador nato, obrero de lujo, líder natural, adentro de la cancha fue el mejor amigo de todos y afuera, a los 44 años, va a dar el paso a la eternidad: hoy entrará al Salón de la Fama de la FIBA, una distinción reservada para un grupo muy selecto. Será el tercer jugador de nuestro país en lograrlo, detrás de Oscar Furlong y Ricardo González, las estrellas del Mundial de 1950. De la Generación Dorada ya vendrán otros, pero él es el primero. Y se lo ganó en muy buena ley. (Imagen FIBA)

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