Hoy tiene 40 años, volvió a donde todo empezó y acaba de coronar la historia llorando como un chico. Y no es para menos, porque ascendió a la Liga Argentina con Santa Paula de Gálvez, el equipo de su ciudad natal donde empezó a jugar al básquet y donde empezó a brillar con la mano de seda que es su marca registrada.
Si algo le faltaba a la película de su carrera, fue lo que lo ocurrió anoche en la provincia de Tucumán. Con el partido igualado y menos de un minuto por jugarse, la defensa rival no tomó precauciones y el Pitu recibió solo en la línea de 6,75. Por supuesto, no falló y su triple a falta de 31 segundos fue vital para ganarle 95-92 a Talleres de Tafí Viejo y meterse en la final de la Liga Federal, ya con el ascenso bajo el brazo. El sueño del pibe ya está cumplido.



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