Con sus enormes 2,06 metros, Scooby llamó la atención de todos, aunque muchos no supieran que es el único platense que jugó un Mundial de Mayores, aquel de 1990 disputado en nuestro país. Y su altura brilló aún más cuando tomó el micrófono y anunció la sorpresa que tenía preparada para su viejo maestro.
Sobre el escenario montado en el Julio Costa, le regaló la primera camiseta que usó en la selección nacional a Manzana Pieroni. Un tesoro que estaba guardado bajo siete llaves desde hace décadas, finalmente se va a quedar en en La Plata y a pocas cuadras de Universal, donde comenzó a asomar aquel pivote que marcó época. "Por todo lo que aportaste en mi formación, Manzanita querido, es más que merecida", escribió Ariel en sus redes sociales, a dos semanas de esta foto y de este gesto. El gesto de un auténtico gigante, del básquet y de la vida.



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