La foto lo descubrió protestándole a un árbitro junto con Héctor Santini, cuando él era entrenador y Tito el base de Olimpo de Bahía Blanca a fines de los años 70, en tiempos en que el aurinegro llegó a ser campeón del viejo Argentino de Clubes.
Carlos Boismené luego tuvo reconocimiento grande en la Liga Nacional, donde dirigió a los tres equipos bahienses (Olimpo, Pacífico y Estudiantes) y en 1988 llegó a la final con un sorprendente River, lo que le dio chapa para llegar a la selección y ser el DT en el Mundial que se jugó en 1990 en nuestro país. Después dirigió en el exterior y en el interior con idéntico entusiasmo, al punto que en 2011
le dijo al diario La Nueva Provincia que
"Si Dios me da suerte, voy a morir en una cancha". Vehemente y apasionado por la pelota naranja, un personaje de aquellos, protagonista de miles de anécdotas,
Tite (como le decían)
falleció ayer a los 79 años. Y un pedazo de historia se llevó con él. (Foto diario La Nueva Provincia)
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