sábado, 6 de agosto de 2016

Alta en el cielo, Luifa

Por segunda ocasión en la historia, un baquetbolista fue el abanderado olímpico argentino. Como en 2008 le tocó a Emanuel Giníbili, esta vez el elegido fue Luis Scola, que encabezó la delegación de nuestro país que anoche entró al Maracaná. Merecido premio para el gran capitán de nuestro básquet, a los 36 años y en su cuarta experiencia en los Juegos Olímpicos. Más allá de cómo termine esta historia, la imagen habrá que guardarla por siempre. En las manos de Luifa y sus 2,06 metros, la bandera estuvo más alta que nunca. Y mañana a la noche, como siempre, empezará a defenderla dentro de la cancha con uñas y dientes. (Foto ole.com.ar)

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