lunes, 29 de marzo de 2021

El cielo se llevó a otra estrella

Fue una leyenda de la época de oro de Bahía Blanca, la pieza que llegó para complementar al Beto Cabrera y a Lito Fruet para conformar la sagrada trinidad de la Capital del Básquet. Con ellos tres, la selección bahiense se transformó en una fuerza casi invencible y trasladaron esa mística a Provincia de Buenos Aires en los Campeonatos Argentinos de los años 60 y 70. José Ignacio De Lizaso, Polo para todos, había llegado desde Necochea para ponerse la camiseta de Olimpo y desde allí trascendió internacionalmente: con la selección nacional jugó tres Sudamericanos, unos Juegos Panamericanos, el Mundial Extra de Chile 1966 y el Mundial de Montevideo 1967, que fue la mejor actuación argentina de visitante hasta la llegada de la Generación Dorada. Referente eterno, en los últimos años se lo vio seguido por la Peña de Náutico Ensenada y a principios de mes estuvo en el festejo por el 108º aniversario de Rivadavia, el club de su ciudad natal, donde le pusieron su nombre a un sector del estadio. Lamentablemente, casi no pudo disftutarlo: las noticias que llegan desde la ciudad balnearia dicen que falleció hoy, a los 75 años. Y deja un vacío imposible de llenar en el básquet argentino. (Foto primicias2262.com)

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