La mejor despedida

En 1998 llegó a la Primera de Unión Vecinal y lo hizo con una copa bajo el brazo, ganando la Cerisola. Desde entonces, Santiago Ariel García llevó su talento a distintos lugares, pero siempre volvió. Pasó por Boca, pero volvió para ser campeón en 2001, con 40 puntos a Atenas en la final. Luego fue a Tucumán y Tandil, pero en 2004 su club entró al Regional y él no podía faltar. Ahí fue campeón de La Plata, pero un llamado lo hizo partir hacia Italia. Arrancó en la C, la rompió toda y llegó a la Legadue, hasta jugar la final por el ascenso a Primera. Pero en 2007 pegó la vuelta, porque su club lo llamaba para hacer historia: campeón platense y provincial, y luego la gran campaña en la Liga B que los dejó a las puertas del TNA. Y cuando la economía metió la cola y los sacó del mapa, él se propuso volver. Se quedó, se bancó una rodilla que le le pedía parar y el sábado se colgó la red que más quería: la del segundo Provincial de Clubes para Unión. Y en pleno festejo anunció que se retira del básquet. Así, se va el mayor talento del básquet platense en la última década. Un crack que las hizo todas, aunque siempre prefirió el barrio a las luces. Por eso, Santiago nunca se va a ir de calle 9. Si siempre está volviendo...