Aquel juego fue el primero de la segunda fase, se disputó en la ciudad de Oviedo y fue una de las más grandes sorpresas de aquella Copa del Mundo, a la que el equipo que dirigió el boricua Flor Meléndez llegó luego de una extensa gira y no estaba en los planes de nadie. Pero en ese juego rozó la perfección, con Miguel Cortijo manejando los hilos, Carlos Romano y Pichi Campana desequilibrando con su puntería, Sergio Aispurúa y Sebastián Uranga imponiendo su fuerza en la pintura y los tres nombrados arriba en plan estelar. Fue la única derrota de los yanquis, que después fueron campeones mundiales mientras los nuestros se desinflaron y terminaron en el 12º puesto. Pero nadie les quitará la alegría de esa victoria soñada, de la que hoy se cumplen 35 años.
martes, 13 de julio de 2021
A 35 años de esta locura
Aquel juego fue el primero de la segunda fase, se disputó en la ciudad de Oviedo y fue una de las más grandes sorpresas de aquella Copa del Mundo, a la que el equipo que dirigió el boricua Flor Meléndez llegó luego de una extensa gira y no estaba en los planes de nadie. Pero en ese juego rozó la perfección, con Miguel Cortijo manejando los hilos, Carlos Romano y Pichi Campana desequilibrando con su puntería, Sergio Aispurúa y Sebastián Uranga imponiendo su fuerza en la pintura y los tres nombrados arriba en plan estelar. Fue la única derrota de los yanquis, que después fueron campeones mundiales mientras los nuestros se desinflaron y terminaron en el 12º puesto. Pero nadie les quitará la alegría de esa victoria soñada, de la que hoy se cumplen 35 años.
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