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Nació en Mercedes, donde se crió como deportista y forjó un físico privilegiado. Hacía atletismo cuando llegó a La Plata para estudiar, hasta que el PF de Gimnasia lo cruzó y le dijo:
"¿Qué hacés tirando esa bala ridícula en vez de jugar al básquet?". Mudó sus dos metros a calle 4 y se transformó en un pivote legendario. En el Lobo lo apodaron Gurí, compartió la zona pintada con Finito Ghermann y al toque se hizo notar en el gran equipo que dirigía Ripullone. Así llegó en 1971 a la selección nacional, de la que se retiró como capitán en 1985. En el medio pasó por Obras y Boca (también por Italia), hasta radicarse en Mar del Plata. Ascendió con Peñarol y Quilmes a la A, jugó en la elite con el Milrrayitas y hoy sigue despuntando el vicio por la naranja en la Maxi Liga marplatense. Y eso que
Adolfo Rubén Perazzo nació el 20 de mayo de 1951, por lo que
hoy está cumpliendo 60 años. ¡Feliz cumple, Gurí!
Un ejemplo como deportista y ser humano
ResponderEliminarUn grande entre los grandes
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