lunes, 9 de febrero de 2015

Unión le marcó el territorio

La semana pasada había perdido en su casa después de cinco victorias al hilo como local y encima sigue jugando sin una pieza clave como Javier García. Cualquier equipo podría llenarse de dudas en esa situación, pero Unión Vecinal no es de esos. Por el contrario, saltó al parquet con más convicción que nunca y le ganó 88-67 a Belgrano de San Nicolás en el Miguel García, como para dejar bien en claro quién es el que manda en calle 9. Desde el vamos lastimó con Juany Bruno (13 de sus 29 puntos en el cuarto inicial), indetenible para Gabini y Ferrero, y transformó la carencia en virtud: ante la falta de internos, subió el ritmo de juego hasta el punto que la visita no pudo seguirlo. Sembró en los dos primeros cuartos y cosechó en el tercero con un buen ingreso de Ciuffo (dos triples) para respaldar a Bruno y Mariano García, que se anotó con 21 tantos y 13 rebotes. Los nicoleños sintieron el desgaste de haber jugado el viernes y su único objetivo fue perder por menos de 29 (la diferencia en el juego de ida), algo que finalmente lograron. UV sintió la señal de alarma cuando Coronado cayó con un posible esguince de tobillo y bajó el pie del acelerador en el cierre, donde terminó jugando con los juveniles. Es que mañana tiene que viajar a Tandil y ahí la historia será distinta. Pero anoche, jugando en casa, marcó territorio. Y eso siempre es un motivo para celebrar.

La síntesis:
Unión Vecinal (88): Lisandro García Ghigliani 2, Matías Schoffen 0, Mariano García 21, Juan Bruno 29, Jorge Coronado 4 (fi); Gonzalo Genoro 10, Federico González 7, Matías Ciuffo 11, Iván Gorostegui 0, Felipe Urtiaga 3, Ezequiel Arce 1. DT: Ignacio Navazo.
Belgrano de San Nicolás (67): Gonzalo Silvero 6, Nahuel Calvo 3, Leonardo Lete 10, Roberto Gabini 3, Diego Ferrero 9 (fi); Sebastián Andollo 9, Elías Eterovich 3, Franco Cionco 12, Joaquín Eseverri 5, Nicolás Maffei (x) 4, Víctor Fernández 0. DT: Angel Cacharí.
Parciales: 22-20, 36-32 y 61-43. Cancha: Unión Vecinal. Arbitros: Sebastián Moncloba y Ezequiel Grosso.

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