martes, 23 de octubre de 2018

El viejo líder se fue de viaje

Fue alma, corazón y vida de la primera gran trilogía de Bahía Blanca, aquella que compartió con el Beto Cabrera y Polo de Lisazo. Los tres fueron la punta de lanza para que la ciudad se transforme en la Capital del Básquet argentino, e hicieron de Provincia de Buenos Aires una fuerza casi invencible en el viejo y querido Campeonato Argentino, la cumbre de nuestro básquet hasta la llegada de la Liga Nacional. Atilio José Fruet, Lito para todos, llevó a Bahía a ser campeón provincial en 1960, tras 14 años de sequía, y en 1970 levantó la octava corona, cambiando la historia para siempre. En el medio, debutó en la selección nacional en el Mundial de 1963 y fue capitán en el de 1967. Y en su pago chico, fue rey absoluto: campeón en 1959 con Independiente, en 1960 pasó a Olimpo, que nunca había sido campeón. Con él lo hizo once veces hasta que se retiró en 1974, ganándole la final al Estudiantes de Cabrera. Su camiseta es una de las reliquias que atesoran las paredes del Norberto Tomás y uno de los recuerdos que nunca olvidarán los que tuvieron la dicha de ver jugar a su ídolo. Para ellos, y también para los que no, fue un mazazo la noticia con la que se abrió la jornada. El viejo líder falleció a los 76 años y se llevó con él las postales de un tiempo que fue hermoso, para que a la pelota naranja se le piante un lagrimón. (Foto diario La Nueva Provincia)

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