Para los más jóvenes, el nombre de Ismael Genaro Cerisola quizás remita solamente a su hijo Angel, Pichi para todos, el actual presidente de la Asociación Platense. Para los que peinan canas saben que el Indio fue mucho más que eso. Una gloria como jugador en las grandes épocas de Tolosano, un referente como entrenador y un dirigente que traspasó fronteras desde la Federación de Provincia de Buenos Aires, de la que fue presidente entre 1984 y 1988, en el cierre de una carrera dirigencial que solo recibió elogios de quienes lo conocieron. Se fue cuando todavía tenía mucho para enseñar, y su ejemplo siempre estaba presente en la sede de avenida 32 (también en la Asociación Platense, donde por años se disputó en su honor la Copa Cerisola). El fin de semana, con un sencillo acto, la gestión de Miguel Chami concretó el homenaje que le debía Provincia: la sala de reuniones de la sede de Provincia ahora lleva su nombre. Y bien merecido lo tiene.
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